En los noticieros
televisivos de los canales privados de este país, Colombia no pasa de ser una o
varias noticias amarillistas, marcadamente sensacionalistas, todos los días:
R.C.N y Caracol de manera vulgar y obscena recargan sus
contenidos noticiosos (uno más que el otro) con hechos de crónica roja o con
escándalos domésticos locales, regionales o nacionales de última hora para
vender como arepa la noticia y subir el codiciado raiting. En la radio y la
prensa escrita no es mucho lo que cambia la tendencia. ¿Será que con este
prostituido periodismo de consumo se construye opinión y país? ¿Será que es así
como la tan mentada" opinión pública", logra precisamente ser
verdadera opinión y auténticamente pública? El vergonzoso espectáculo al
que asisto todos los días en la televisión nacional es a la entronización de la
"porno-miseria"(la explotación visual e informativa de la pobreza y
la desgracia ajena tan criticadas en los setenta en el cine documental), la
sobre carga de la seudo- información (el hecho noticioso tal y como pasa sin
contextualización alguna y mucho menos con análisis aunque sea somero), y la
explotación del morbo informativo(la enfermiza adicción a la noticia ruin) los
cuales, lejos de llevar a la tele-audiencia a pensar y a reflexionar sobre el
acontecer diario, la mete en la montaña rusa del sentimentalismo y la
sensiblería. Las caras bonitas de las presentadoras y la elegancia de los
presentadores, y el sex-appeal de ambos, dan el toque final al circo
informativo: el paquete se le vende al pasivo televidente como un provocativo y
provocador cóctel auditivo-visual, para todos los gustos como se podría vender
un "combo" (o “kit”)de cualquier otro producto, en una tienda de
barrio. Y la formula funciona porque según Wikipedia: "Junto con las telenovelas y los reality
shows, los noticieros son los programas más vistos de la televisión colombiana en la actualidad. Al igual que los
informativos de los demás países del mundo, tienen diferentes secciones y se
emiten varias veces al día"(sic).
La investigación
periodística se utiliza en programas que se dedican a abordar temas que
están lejos de lo que se llama coloquialmente “el acontecer nacional”. ,pero
que interesan al común de la gente y a la gente del común, que es la que prende
los receptores en restaurantes populares, bares, mercados, graneros, salas de
espera y en fin. No ve uno a un solo periodista dedicarse a profundizar
los hechos bochornosos del gobierno anterior y del actual, porque
pareciera que los mismos no son importantes, si no en la medida que involucren
a gente de la oposición. Pero claro está que ni a Carlos Ardila Lule, ni Julio
Mario Santo Domingo y su sociedad de negociantes (políticos incluidos), tan
todo poderosos como son, les interesa que la cosa sea de otra manera. Pero y a
nosotros, los que estamos del otro lado de la pantalla y de la realidad,
¿tampoco?
Jorge Lineya
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