Tú
“kid”, muchacho gris, dispuesto a noquear
la
pobreza con los golpes de tus manos cerradas
para
escaparte del barro
del
palenque,
donde
te quiere sepultar ella
con
tu sonrisa blanca:
ella
toda fauces y garras,
ella
toda hambre y miseria,
ella
toda mierda y olvido.
El
viejo mastín del esclavista es ella.
Pero
no serás tú quien se deje enterrar
antes
de que suene la campana y
empiece
el primer "round" .¿No
es cierto “kid”, muchacho?
Aquí
está como una muralla,
erguido tu cuerpo elástico
de
gladiador oscuro,dispuesto para el “match” que
hay
que dar por tus sueños.
No va
a encontrarte
sentado
en un rincón esa tirana,
tú
irás por ella a su esquina
con
tus puños metálicos a
romperle
a puñetazos la quijada
con
tu jab poderoso;
a
sacarle el aire de su aliento
con tu gancho de izquierda;
a
estrellarle tu ira con un “punch”
de
derecha para
dejarla
allí tendida en el tinglado,
de una vez con un “out”, de
una vez para siempre.
Tu
kid, muchacho azul,
andas
buscando el sol más allá
del
palenque y sus calles de cieno:
un
sol que venza
al
hambre, que te calce y te vista
y te permita andar
mezclado
entre la
gente
como un gentleman
perfumado,
un
nuevo
ciudadano recién
parido
entre las duras cuerdas
de un
cuadrilátero y no en
una
casucha de cartón y palos
de la
que nadie quiere saber
y a
la que tú esperas no regresar jamás
ni
por tus pasos:
los
amos que gobiernan (¿ya lo sabes?)
te quieren ver ahí de
nuevo,
cumpliendo tu condena de esclavo,
esa
que te impusieron desde cuando
tus
ancestros escaparon
del
dogal y la tralla,
del
capataz y la hacienda,¿recuerdas
Kid, muchacho?
Pero
tú les dirás “no” con cada puñetazo:
el
acero de
tus
músculos
forjado en el gimnasio entre
hambres
y desvelos, ese
acero que se tensa
ahora en tus bíceps y tríceps,
levantará
un palacio digno de un campeón celeste.
Ya te
verán ahí reinar los incrédulos,
ya
te oirán decir en
un
inglés precario “¡Champiom, champion!”
Ya te
oirán gritar
en tu
pobre español “¡Champion, champion!”
y ya
sabrán de ti
los que nunca supieron
y les
importarás al fin a quienes
nunca te
vieron
cuando eras nadie y nada,cuando
eras sombra y negro;
cuando
eras palenquero. El
gueto y el palenque (no tengo que decírtelo),son
el mismo amo fiero.
Tu
kid, muchacho (Cástor de ébano,
Pólux
de alquitrán,
peleador
proletario: Chocolate, Pambele,
Rocky
Valdez; Caraballo, Cassius Clay
boxeadores eternos),
¿Estás
acaso preparado para el
veneno embriagador de la fama?
¿Estás
acaso listo para esa trampa deslumbrante
de
ninfas de satín
que
vendrán con el “flash” de las cámaras ,
buscando
tu pose
para
las revistas y los diarios,
y por
esa imagen de héroe
para la televisión
y por
los seductores números de
tu cuenta bancaria?
Esas
mujeres a las que no les
importará tu sangre yoruba
(mandinga,
bentú, lucumí, carabalí).
¿Estarás
acaso listo para esa mentira
de nuevos amigos
llegados
con el título de campeón
y
endosados como
ganancias
al cheque de tu victoria?
Dime
tu “Kid”, muchacho,
tú
que has soñado tanto con el día
de tu
gloria esperando al Padre al Hijo y
al Espíritu Santo
en
cada dólar de la bolsa del premio
Cuando
llegue ese día (y llegará ese día),
¿sabrás hacer de “lover” lo que hiciste de “sparring”?
¿Protegerás
tus plexos y tu cara del golpe bajo
y el
ataque inesperado?
¿Te
mantendrás firme con los pies
en la
tierra en medio del estruendo
y el ditirambo,
sin
perder de vista al adversario,
que
no es el otro,
sino
tú mismo endiosado por el “show”
del último “nocaut?”
Dime
tú “Kid”, muchacho, sabrás
decirle
no a las tentaciones
de tu
anhelado paraíso o
caerás
como un
insecto
ciego en la insidiosa
trampa
de la araña para
perder
con ella tu batalla
entre
sinuosos y sutiles hilos
hechos
de polvo blanco
y de
humo gris que atarán
(como
a un nuevo
esclavo)
tus poderosos brazos
y tus
titánicas piernas,
con
grilletes pesados
,
con trabas invisibles
que
han de aplastar con saña
la libertad de tu alma
y que
te traerán amargo el
recuerdo
del palenque
al
que habrás traicionado,
porque
esa es tierra
libre
que no sabe de amos (el
palenque y el gueto son el mismo amo insano).
¿Dime
tú “Kid”, muchacho, estás preparado?
porque
si no, entonces yo te advierto:
Cuando
no sea
el
cielo será el suelo y tú serás un
perro
en él; una cosa sin dueño
que
alguien quiso una vez para su estreno;
una
historia que nadie va a querer recordar,
nadie
te mirara cuando estés besando el piso, solo,
vencido,
vuelto sobre ti mismo
como
una pregunta triste y sin respuesta.
Y
entonces “Kid”, muchacho,
querrás
no haber salido del palenque,
querrás
no haber dado el primer paso,
querrás
no haber descargado el primer golpe,
ni
ser el primer héroe moderno de tu pueblo indomable.
Te
pesará la gloria sobre los hombros
como
si fuera el mundo
y
maldecirás el tren del tiempo que te llevó hasta allí
montado
sobre sus rieles falsos.
Y eso
no puede ser.
Y eso
no debe ser.
¿Entiendes
“Kid”, muchacho?
( Jorge Lineya ,Santiago de Cali , enero 26 2007)
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