¿Qué es lo que más teme el hombre? Un
nuevo paso, una nueva palabra suya, eso es. (Dostoievski)
Cuando Neil Armstrong sale del
módulo espacial, antes dar su primer paso sobre la superficie de la
Luna, mira debajo de la escalerilla del Eagle atraído por el
inesperado hallazgo ,en ese suelo polvoriento y reseco, de unas pequeñas
marcas que le parecen de zapatos y además recién hechas por los pies de un
niño. Frunce un ceño de franca extrañeza y picado por la curiosidad, aunque
tratando de no dejarse aturdir por la sorpresa, ojea los alrededores con
una mirada elíptica a través del visor de su casco, esperando hallar una
respuesta a la pregunta tácita que retumba ahora dentro de su
cerebro, como el eco de un campanazo de alerta.
A tiro de piedra encuentra lo que
resulta ser un cometa alejándose de ahí con un hombrecito de cabello
rubio, intonso y revuelto, luciendo una anacrónica elegancia de príncipe
europeo( a la moda de un siglo atrás), mientras se desliza raudo sobre la nada del
cosmos, prendido sólo con su diestra de la punta de esa cola
luminosa y difusa, que lo arrastra tal y como lo haría una
lancha con un esquiador acuático en cualquier
costa turística de La Florida, donde nadie tiene que lidiar con un
ambiente de gravedad cero.
En la otra mano el estrambótico
intruso le muestra, izada con un listón de madera, una
solitaria pancarta de cartón blanco, donde se alcanza a leer escrito en un
impecable inglés y en letras grandes, pintadas con trazos pueriles: “BIENVENIDOS:
LOS ESPERO EN EL ASTEROIDE B-612. MI CASA, SU CASA. LA CASA DE TODOS”.
Antes que alguien más se vaya a dar
cuenta del desatino, el astronauta se deja caer lentamente, con la flema de un
monigote obeso y pesado (recordando la imagen de un buzo de escafandra en el
fondo del mar), el cual parece sin embargo dispuesto a elevarse con la
facilidad de un globo de feria, hacia el oscuro espacio que lo rodea, al más
mínimo descuido.
Cuando llega al suelo halado por la
fuerza de sus contrapesos, suelta la frase tantas veces ensayada en
tierra para rubricar este memorable momento, ante los ojos y
oídos del mundo que lo siguen por la televisión y la radio, y
empieza a caminar con la cachaza de una aparatosa marioneta, moviéndose a
saltitos sobre el rastro dejado por el indeseado visitante sobre el desierto
estéril del satélite, no sólo para borrar sus inconvenientes
huellas de allí, sino para excluirlo pronto de la historia y del
malhadado delirio que lo acosa con tan absurdas y enfermizas
alucinaciones de última hora:
— Malditos comunistas, maldito
Luna 15, malditos cosmonautas rusos — masculla en voz baja, Armsrtromg —
B-612, ¿cuál puto asteroide es ese?...Houston, Houston, ¿me escucha?
(Jorge Lineya, Santiago de Cali
1998)
DICE LA LEYENDA QUE AQUEL ALUNIZAJE DEL APOLO 11 ACAECIDO SUPUESTAMENTE ,EL 20 DE JULIO DE 1969, FUE UNA FARSA DE PROPORCIONES CINEMATOGRÁFICAS EN LA QUE PARTICIPÓ INCLUSO STANLEY KUBRICK.TODO PARA NO DEJAR QUE LA URRSS TOMARA LA DELANTERA EN LA CARRERA ESPACIAL Y DAR ASI UN GOLPE DE OPINIÓN POR PARTE DEL CAPITALISMO DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA DEL NORTE ,Al SISTEMA Y AL MUNDO COMUNISTA DE LA ÉPOCA.ESO DICE LA LA LEYENDA OSCURA.
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