Es un espacio para la reflexión y todo tipo de manifestación cultural y artística siempre y cuando sea respetuosa de la dignidad humana y de los valores mínimos de la libre expresión bajo una concepción democrática. Advertencia:El vocabulario que uso se encuentra en cualquier diccionario Larrousse, no recurro al diccionario de la R.A.E. más que cuando concurso en España, porque este diccionario me resulta siempre obsoleto y anquilosado,limitante y limitado.
BIENVENIDOS
POR RAZONES AJENAS A MÍ Y POR CAMBIOS EN LA POLÍTICA DE PRIVACIDAD DE BLOGGER ,MI OBRA POÉTICA "DECLARACIÓN" HA SIDO CENSURADA Y VETADA UNILATERALMENTE POR EL ADMINISTRADOR DE ESTE SITIO. MI POEMA PUEDE SER LEÍDO EN :http://www.poesiasolidariadelmundo.com/2015/02/declaracion.html?spref=fb O EN http://www.mundopalabras.es/poesia/declaracion-2/
POR CONSIDERAR QUE LAS ÚLTIMAS DISPOSICIONES DE GOOGLE EN BLOGGER PARA CENSURAR LA PUBLICACIÓN DE CONTENIDOS EN LOS BLOGS ,ATENTAN CONTRA LOS MÁS ELEMENTALES DERECHOS CIUDADANOS COMO LA LIBERTAD DE OPINIÓN,DE EXPRESIÓN Y DE CONCIENCIA, ME PERMITO INFORMAR QUE ESTÁ ES LA ÚLTIMA PUBLICACIÓN DE MI OBRA EN ESTE ESPACIO VIRTUAL.Uno de mis nuevos blogs en donde pueden encontrar mis obras es:http://elreinodeldragon.blogdiario.com/1427218723/
y en https://elreinodeldragon.wordpress.com/author/jorlineya64/
MUCHAS GRACIAS A TODOS MIS LECTORES..QUIENES DESEEN CONTACTARME PUEDEN HACERLO EN EL SIGUIENTE CORREO:
JORGE LINEYA(aestrel20@gmail.com)
BLOOGER INSISTE EN CENSURAR EL TEXTO DE MI POEMA "DECLARACIÓN" A SABER LOS VERSOS:10,18,23,25,26 y 44 DE MI OBRA.EL ÚNICO CAMBIO QUE YO LE PUEDO HACER A CUALQUIERA DE MIS OBRAS ES EL QUE NAZCA DEL ERROR,BUSCANDO CORREGIRLO (SEA UN ERROR GRAMATICAL O DE SINTAXIS POR EJEMPLO ) DE LO CONTRARIO TODO SE QUEDA COMO ESTÁ.Y EN ESTE CASO ..TODO SE QUEDA COMO ESTÁ.Si mis publicaciones aquí se ven mal presentadas o defectuosas no es mi responsabilidad tampoco yo sé porque está pasando eso.
BLOOGER INSISTE EN CENSURAR EL TEXTO DE MI POEMA "DECLARACIÓN" A SABER LOS VERSOS:10,18,23,25,26 y 44 DE MI OBRA.EL ÚNICO CAMBIO QUE YO LE PUEDO HACER A CUALQUIERA DE MIS OBRAS ES EL QUE NAZCA DEL ERROR,BUSCANDO CORREGIRLO (SEA UN ERROR GRAMATICAL O DE SINTAXIS POR EJEMPLO ) DE LO CONTRARIO TODO SE QUEDA COMO ESTÁ.Y EN ESTE CASO ..TODO SE QUEDA COMO ESTÁ.Si mis publicaciones aquí se ven mal presentadas o defectuosas no es mi responsabilidad tampoco yo sé porque está pasando eso.
BIBLIOGRAFÍA DEL AUTOR:
Como autor mi seudónimo es Jorge Lineya: el apellido Lineya es una suerte de anagrama del nombre de mi desaparecida compañera Anyeli q.e.p.d ( 1966-1998) quien me apoyó en vida en mis inclinaciones literarias mecanografiando muchas de ellas y a quien le quise hacer un homenaje dejándola hacer parte de mí, como escritor.Como autor mi obra narrativa ha sido publicada en medios virtuales como la Revista Axxón ciencia ficción(http://axxon.com.ar/ en Argentina) ,donde se me publicó inicialmente como resultado de un concurso literario promovido por esta revista y cuyo premio era la publicación de las obras seleccionadas por el Consejo Editorial de la misma, siendo así como noviembre 2009 se publicó allí, mi obra GRAFFITI en su número 201.Posteriormente como colaboraciones en esta misma publicación han aparecido mis obras en las siguientes ediciones : en noviembre de 2009 LA ORDEN (MICRO) número 202; EL MINOTAURO(MICRO) en 2010 , número 204; EL REBELDE y GATO (MICROS) en octubre de 2010, en el número 211; NEMÉSIS (CUENTO) en agosto de 2012 en el número 233 ; y en septiembre de 2012 COSTUMBRE(CUENTO) en su número 234.Soy parte también en Argentina de un publicación llamada “TRIPLE C Cofradía del cuento corto” (http://triple-c.ning.com/) donde los autores auto-publicamos y nos sometemos al escrutinio de los cofrades. En este blog he publicado: 29 poemas y 26 obras narrativas entre cuentos, relatos y micros.
Recientemente en febrero de 2014 se me ha publicado en la revista COSMOCÁPSULA(http://cosmocapsula.com/ en Santiago de Cali) donde mi obra "El aprendiz" hace el debut de mi narrativa en territorio colombiano(aunque sea virtual),en un espacio ajeno a mí.
Tengo una novela (COMUNIÓN) sobre mis experiencias en mi vida militar durante la prestación del servicio obligatorio.Soy nacido en Cali,Colombia.Las publicaciones en físico de mi obra se han dado así: en El Premio Algazara convocado por la Editorial Hipalage en España en 2010 , se escogió el micro “Graffiti” (de entre 878 textos que llegaron) para publicarlo en un libro con el título “Cuentos Alígeros” con otros 326 seleccionados. Este mismo micro ganó en 2013 un nuevo premio de publicación en físico en e l concurso “Porciones del Alma” de la editorial(¿) Diversidad Literaria también en España(¿).Tengo en mi haber, un total de sesenta(60) obras registradas en la Dirección Nacional de Derechos de Autor de Colombia,entre narrativa,poesía y prosa.
Mi obra poética por su parte ha tenido acogida igualmente en España en la página "POESÍA SOLIDARIA DEL MUNDO" (http://www.poesiasolidariadelmundo.com/) que dirige en buena hora, FERNANDO SABIDO SÁNCHÉZ.
Escribo para ser leído ,no para ser aplaudido.Muchas gracias por su lectura.
sábado, 9 de julio de 2011
viernes, 8 de julio de 2011
DIATRIBA POÉTICA A UN DICTADOR MUERTO
(Esperando siga muerto , y que muy muerto esté)
Solo, solo, para las lágrimas todas reunidas,
para una eternidad de manos muertas, y ojos podridos,
solo en una cueva de tu infierno…
Pablo Neruda.
Ha muerto el bufón áulico del Reino de los Cíclopes,
(El jefecito elevado a Salvador),
se ha ido el Minotauro austral,
el insaciable devorador
de almas y de sueños,
el genuflexo sirviente de los sagrados dioses
del Fondo Monetario .
Ha muerto el rufiáncito servil
de los “Chicago Boys”;
el Generalito oscuro, de soles en su ocaso;
el exterminador de vidas y presencias;
el sepulturero de quepis y charreteras;
el matoncito a sueldo de la “Nixon and Company”;
el jubilado mandadero del Imperio del águila;
el más juicioso cóndor entre los viejos cóndores,
que bien supo volar en alas de la infamia.
Marioneta y marionetero,
reyezuelo en teatro de dueños septentrionales,
dictador de pastiche,
perseguidor de poetas y cantores,
Presidentico de farsa,
de botas enlodadas
en sangre de inocentes,
Todopoderoso fabricante
de mártires en las mazmorras de esta,
la nueva Santa Inquisición ,
(bendecida por el dólar y la Tiara);
verdugo vil con pretensiones de héroe,
enano atroz con ínfulas de coloso,
Pantagruel de opereta con hambre de oro y de poder,
hacedor de huérfanos y viudas,
sátrapa funambulesco :
¡Ah maldito ,al fin tuviste la buena idea de morirte?
¡Aleluya, aleluya, aleluya!.
¡Viva tu muerte lo digo y lo proclamo!,
y que se multiplique ella con su hedor en cada uno
de tus iguales vivos o muertos .
Ha de cerrarse el cielo de moscas
y de buitres algún día, velando
por la carne y por los huesos
de estos últimos cruzados,
estos fervorosos adalides de la cristiandad;
estos devotos Heliogábalos de un solo dios y una sola ley;
estos césares de la Cruz y el Evangelio .
Que así se entere el mundo que todo monstruo
(bendecido o no) ,
morirá al fin derrotado por sus culpas,
perseguido por sus fantasmas ;
acosado por sus víctimas;
atrapado en su sentina, y
deshaciéndose lentamente,
paso a paso, como un engendro endeble y macilento
(hijo del cieno y del estiércol) ,
implorando compasión para él
como nunca la tuvo para nadie :
tal como rogaría por una limosna el más mísero de los mendigos,
tal como pediría clemencia el más pobre de los condenados.
.
Esperpento senil y solitario
bañado en el lodo de tu depravada gloria,
paquidermo gris y triste,: volviste a tu antiguo cementerio
a morir entre los tuyos ,en tu vasto reino de inmundicia
(tu camarilla, tu corte de alabarderos comprados
, tus amigos, tu familia, tu mundo de avaricia
y de soberbia , tu heredad de soterrada
podredumbre humana).
Llegaste allí a agonizar con quejidos de bestia asustada,
cobarde,
pidiendo para ti lo que nunca tuviste para nadie,
cobarde.
Si hay un después te deseo lo peor
donde quiera que sea.
Si hay un después que sean para ti el frío y el olvido
;la soledad y la sombra.
Si hay un después que sean para ti: la sed
sin una gota de agua para mojar tu lengua;
y el hambre sin una migaja de pan para morder en tu boca;
la oscuridad sin la más mínima chispa de luz para iluminar
tus ojos; el suplicio infinito y el hastío ,
sin un solo segundo de paz para lo
que sea que tengas por alma.
Eso te deseo sin remordimientos.
Lo confieso en mi verso: nunca me
he sentido mejor
deseándole lo peor a alguien.
Nunca podía haber logrado
mayor paz deseándole tanto mal a nadie.
¡Aleluya, aleluya, aleluya!
Púdrete por fin lacayo de chacales,
proxeneta de hienas,
gusano de cloaca,
termina de perderte en el protervo reinecillo
de tu inexistencia ,
maldito:
has muerto al fin y no te espera el infierno
como no te espera Dios para tu juicio.
Has muerto al fin y sólo una larga noche
eso te espera,
una noche larga en un lugar ignoto plagado de silencios,
porque hasta el Infierno que se imaginó Dante
seria para ti un onírico Paraíso,
y tú , maldito, tú eres la prueba de que Dios no existe,
ni el Infierno tampoco.
¡Aleluya, aleluya, aleluya!
¿Sino es con un fracaso
como podría Dios(el buen Dios,
el omnipotente Dios,
el omnipresente Dios,
el omnisciente Dios,
el dios único ,y eterno pastor de su rebaño)
explicar tu pútrida existencia ,después de
dos mil seis años de edificar su Iglesia en este mundo? .
Y un dios que fracasa (ya lo sabe el Olimpo),
es un dios muerto ,en un cielo igual de fenecido.
Así que mejor hagamos una fiesta,
un carnaval de amigos y dolientes que hoy tienen
al fin una razón para celebrar la vida ,
desde Argentina hasta Chile,
de Chile hasta Brasil
de Brasil a Salvador
de Salvador a Guatemala
de Guatemala a Cuba,
de Cuba hasta Haití
de Haití a Irlanda
de Irlanda hasta España
de España a Rumania,
de Rumania hasta Rusia.
de Rusia hasta Irán.
de Iran hasta China,
de China hasta Vietnam,
de Vietnam a Timor,
de Timor hasta el Congo,
y del Congo hasta Uganda,
y de Uganda a Sudáfrica
Que levanten hoy
su voz al fin los muertos en las poderosas
voces de los vivos,
que celebren por fin sus invictas cicatrices los torturados,
que se hagan escuchar ahora los acallados,
que se puedan recordar al fin los olvidados,
que se acerquen los heridos y los sobrevivientes,
y junten sus manos y rompan las distancias de las almas
y venzan las fronteras de la tierra, y se
acerquen y convoquen bajo el cielo sus mustios corazones ,
uno a uno,
uniendo todos nuestro dolor de hermanos.
.
Vamos a bailar y a cantar con una misma voz un mismo canto,
un himno de alegría en este día glorioso y de victoria,
en este día de luz y festival,
en este dia de paz y de justicia:
¡Que Pinochet ha muerto!
¡Ha muerto….Pinochet!.
(Jorge Lineya ,Santiago de Cali diciembre 2006)
ANYELI
No estás aquí pero aquí
estás,
hecha de otra materia
vital e
inmarcesible
como una verdad.
Te palpo con las cosas
como si fueras ellas:
de ti me llega el tiempo,
la luz
y las palabras,
vestidos de simpleza.
De ti parten los días,
las horas y los meses,
En ti me bebo el agua más
viva
y transparente.
Todavía mi cuerpo te
reclama
al filo del recuerdo.
Soy de barro para ti
todavía:
y en ti me deshago y
me transformo,
y en ti me diluyo y me
disperso,
y en ti me extravío
y me reencuentro.
Sí, todavía estás aquí
y aquí estarás hasta
después
que yo me vaya y vague con
las nubes;
y caiga con la lluvia;
y me pierda en los caminos:
hecho ya agua y viento;
hecho ya sal y arena;
hecho ya polvo y barro;
hecho ya Dios y olvido.
Aún estas aquí, amor,
y aquí estarás,
el día después o
el primer día,
de quien sabe
cuál mañana,
cuando yo sea gota;
o sea brizna;
o sea ceniza;
o sea cielo;
o sea nada.
Aquí estarás, amor.
Por siempre, aquí estarás.
(Jorge Lineya
Santiago de Cali, diciembre 20 del 2000)
LA RAZÓN
“Rechazamos esta sociedad porque
nos forma para ser consumidores.”
Declaración de los
revolucionarios de mayo de 1968 en la Sorbona.
A la selva llegó con el hombre esta
medidora de silencios y palabras. La criatura de dos piernas y andar erguido y
orgulloso la usa como una corona: esto es bueno, esto no; esto es justo, esto
no; esto es mío, eso también. Como si fuera el Creador, de cuanta cosa ve
se siente el dueño en este interminable reino que atraviesa el Amazonas.
No entienden los animales porque
el hombre se cree mejor que ellos y anda por ahí con esas ínfulas de
emperador manco. Lo han visto arrastrarse sin patas; nadar sin aletas ni cola;
volar sin alas, hacer madrigueras y andar por los árboles sin usar sus
patas ni su rabo, y cazar sin garras, y nada de eso lo hace tan bien como
ellos. Es el hazmerreír de la anaconda, el manatí, delfín
colorado, el caimán, la piraña, el águila harpía, el armadillo, el jaguar
y el mono silbador que hoy están a la orilla del río en una de esas reuniones
de amigos donde nadie se tiene que cuidar de nadie.
— El hombre mata y ríe; nace y llora;
copula y se queja y le dice al viento que eso lo hace porque él tiene la razón,
¡jajajaja! — ironiza y se carcajea la emplumada reina de los aires, desde
su alto trono de ramas en un árbol de caucho.
—También destruye el suelo que lo
alimenta, enferma al aire que le da vida, envenena el agua que lo sostiene, y
abusa del fuego que lo ilumina y lo calienta, porque tiene no se sabe
porqué, la razón — precisa con seriedad, flotando de panza, como si fuera un
tronco sobre el agua, el enano primo del cocodrilo.
Los animales no saben que es la razón ni
tampoco quieren saberlo: por eso cuando ven a un hombre (como ahora) todos se
ocultan y huyen de él, despavoridos, para no contagiarse con esa enfermedad que
se llama “razón” y que el pobre hombre tiene anquilosada en alguna parte de su
desmedrado cuerpo sin pelo, ni plumas, ni escamas, ni caparazón. No creen que
pueda haber mayor desgracia para una criatura que tener tanta, pero tanta
razón. Aunque estúpidamente los hombres piensan que los
animales de las riberas del Amazonas escapan cuando los ven, sólo por
miedo a sus armas que a veces con silencio o a veces con estruendo, les lanzan
a ellos dolor o muerte. Los animales, también se ríen de eso.
Moraleja: No todo lo que te crees, es
cierto.
Jorge Lineya
INCONSCIENTE
Desde hace algún
tiempo y para la misma época, el mismo día, a la misma
hora y de idéntica manera lo hace, con la ilusoria lata
de aerosol que sesea siempre, mientras suelta su
silencioso soplo de pintura negra.
Él casi que existe
sólo para este preciso momento: “Gobierno genocida y asesino de...”. Nunca
puede terminar de escribir el mensaje en el muro, sin escuchar el
estruendo de los consabidos disparos que le estallan atrás,
intimidándolo, como aquella lejana primera vez de hace
unos años, cuando salió huyendo tan rápido que no sintió
las balas que le atravesaron el cuerpo, y le dejaron el alma hecha un
fantasma, repitiendo inútilmente su truncada carrera de
huida sobre la acera.
Jorge Lineya
SENTIMIENTOS
En verdad, yo no soporto a ésos, a los
misericordiosos que son bienaventurados en su
compasión: les falta demasiado pudor. Friedrich Nietzsche
El general Sánchez no sabe cómo
explicarle el hecho al Presidente. No sólo resulta vergonzoso sino absurdo.
Simple pero aberrante, ese era el meollo, y cuando las cosas son así las
palabras escasean en cualquier idioma pero en inglés y en política mucho más:
—Mister... President... that fucking missile .Nos…falló, nos fregó la operación el puto — dijo chapuceando en español y
en inglés, el oficial.
Así era: un misil inteligente, como
todos los de su generación, había rastreado el blanco, lo había ubicado con
precisión para destruirlo y en el momento crucial había cambiado
de dirección inexplicablemente, abortando una oportunidad de oro
para “neutralizar” al enemigo. Hubiera sido un golpe certero. Una unidad
completa de quinientos hombres iba a ser arrasada por la devastadora explosión
resultante, de no ser por la inoportuna e imprevista falla del cohete:
-— ¡Von Braun se revuelca en su
tumba Mister President! — se lamentaba ante su jefe, el militar.
El proyectil fue recogido con sigilo por
la marina norteamericana en la costa del Golfo Pérsico con su
ineficacia aún intacta y se le subió a un portaaviones, donde después de
una minuciosa revisión técnica los expertos dictaminaron lo
inesperado: “insubordinación”. El artefacto se negaba a aceptar las órdenes
preestablecidas en su sistema y prácticamente dejaba claro,
mediante frases consignadas en un lenguaje codificado, que prefería su
desmantelamiento antes que cumplir directrices genocidas.
La Casa Blanca ordenó el traslado
inmediato del arma a una base secreta del Pentágono en Pakistán, donde desde su
despacho en Washington y a través de su computador personal, el presidente tuvo
una emotiva y aleccionadora charla con él, dirigiéndole sólo mensajes
escritos:
—Tenemos soldados más obedientes que tú
en las filas. Seres humanos más inteligentes que una máquina y capaces de crear
millones de armatostes iguales a ti, siguen órdenes, ganan guerras
por su país y sacrifican sus vidas sin hacer cuestionamientos morales de
mierda. Eres una vergüenza para una tecnología como la nuestra que ha sido
capaz de crear dos bombas atómicas, llevar al hombre a la Luna y
enviar cientos de satélites y sondas a explorar el cosmos. Has
hecho polvo la moral de la tropa, con tu cobardía, tus escrúpulos
y tus enfermizos sentimientos; maldito “rocket” de porquería.
El misil recibió todo el resto de la
arenga presidencial sin devolver una sola palabra y ni siquiera la sentencia lo
sacó de su mutismo.
—Desmantélenlo de inmediato — ordenó el
Presidente.
Así se hizo para evitar que su mal
ejemplo (como si fuera un virus) cundiera entre los otros mísiles de la misma
serie, pero el incidente pasó a la historia como el primer caso de insubordinación
tecnológica en los anales del armamentismo mundial en pleno
siglo XXI.
(Santiago de Cali, Jorge Lineya, 2004)
KENT
Pero la plebe dirá parpadeando “todos
somos iguales”. Friedrich Nietzsche
Mientras se afeita su incipiente
barba en el cuarto de baño, mira sin sorpresa el rostro del
súper-hombre que se refleja repentinamente en el espejo cuadrado, mostrando
su estúpida sonrisita con ese aire de prepotencia que tanto lo
desquicia y con el que parece decirle siempre: “ ¡Qué sería de ti, sin
mí, muchacho!”. Entonces detiene su acicalamiento personal y cierra los
ojos, buscando borrar el recalcitrante espejismo con el que lo
acosa su imaginación desde hace años (demasiados años).
Dentro de su cabeza maldice al
mundo de aventajados sicoanalistas que le han roído los bolsillos por tanto
tiempo, aprovechándose de él como un zoquete,tratando de convencerlo de
que el “Hombre de Acero” es sólo su alter-ego: el superlativo
resultado de una “obsesión neurótica” , el fruto inevitable de un
“complejo de superioridad” sembrado desde la infancia en los “fértiles terrenos
de su subconsciente” (¡bla, bla, bla!). Algo que según le han dicho, un día se
esfumará de su vida de la misma manera como llegó, tal cual le repiten y
le prometen convencidas, cada una de esas inútiles cotorras de
alquiler en sus engoladas peroratas, sin que
hasta hoy ninguna logre desterrarle de una buena vez al
tozudo fantasma que lo merodea por los intrincados recovecos de su mente
(que es justo para lo que consulta y paga a esa tribu
de taimados embaucadores).
Sus padres tratando de ayudarle a vencer
los embates de su naturaleza enfermiza cuando apenas era un
párvulo, le leían( con el fin de que las tomara como ejemplos) las
historias de los héroes griegos: Hércules, Jasón (y su portentoso equipo
de argonautas), Perseo, Teseo y Aquiles, y el resto de una larga lista de
dechados, quienes desde el vientre materno habían sido elegidos para las
vicisitudes de una vida y una gloria extraordinarias, siendo en principio meros
seres humanos, catapultados a las alturas del mito por las leyendas creadas con
sus fabulosas acciones:
— Aceite de hígado de bacalao: me
obligaron a beber galones enteros de ese menjurje en mis días de escuela,
para que no me entraran ni los virus ni las bacterias ni las
enfermedades — recuerda . Ahora ni siquiera puedo pronunciar el
nombre del pescadito ese sin que me asalten unas
nauseas bárbaras. Y espinacas: toneladas de espinacas me comí a
regañadientes para lograr parecerme al marinero fortachón de la televisión
y ahora mírenme aquí pensando que las hortalizas no son más
que matojos para rumiantes.
—Gracias papá y mamá por mis complejos,
por mis fobias, por el galimatías de mi cabeza— parlotea con un dejo irónico
ante el vidrio.
Antes de caer en otra de sus crisis de identidad, Clark Kent, el trivial reportero de Villa Chica, decide lanzarse por la ventana
de su apartamento rumbo al “Daily Planet” con sus angulosas gafas
puestas, su impecable terno de gentleman barato, su valija ejecutiva de cuerina, y sin la
capa granate que lo identifica debidamente: lo cual no le impide
volar como un pájaro o como un avión bajo el plomizo y cerrado cielo de
Metrópolis.
Los lugareños que observan
su proeza, no se preguntan quién o qué pasa por encima de ellos hoy,
tomándoles una ostensible ventaja en su apretada carrera contra las tiranas
manecillas del reloj. Ni siquiera lo miran: piensan que sólo se trata de un
asalariado más, que encontró una manera ingeniosa de llegar cumplidamente a su
trabajo para evitar que su raquítico sueldo se vaya por
el sumidero, salvándose de ese pandemonio que es el tráfico
automovilístico a esta hora del día en las vías de cualquier ciudad
del mundo.
(Jorge Lineya, Santiago de Cali, 2013)
AFILA DIENTES
Mearse en las botas de Quintero, eso sí
fue feo. El indio se levantó enérgico al primer trompetazo de la diana. Hecho
una bala atravesó el alojamiento llevándose a todo el mundo por delante como
siempre hasta que llegó a las duchas y siguió en las mismas y empezó a sacarnos
a empellones a quienes esperábamos turno frente a la puerta. Aunque a nadie le
gusta que lo atropellen, el Cholo tiene una dragona y eso lo pone a cagar más
alto que nosotros, por eso mejor hacerse el manco y aguantarse las ganas
de reventarlo a puñetazos. Trompearse con una dragona es meterse en camisa de
once varas con los cuadros. Mi Capitán no perdona una de esas: el Gato dice que
a él ningún ratón le va poner el cascabel y que a sus comandantes los respetan,
o él los hace respetar, porque aquí como en cualquier otro lugar el que manda,
manda, aunque mande mal. Esa es la ley.
Una sola vez mi Capitán(el Gato Motoa)
permitió una pelea delante de toda la Compañía esperando escarmentarnos,
pero ese día el tiro le salió por la culata: Daban las doce horas y
estábamos en formación de revista frente a los dormitorios, antes
del almuerzo, y mi teniente Insignares se le presentó al Gato y le informó que
había pillado a un dragoneante y a un soldado de los nuestros dándose como Caín
y Abel en las caballerizas, y eso fue como preguntarle al Rey Salomón de quien
era el niño porque sin titubear los hizo pasar a los dos de inmediato al centro
de la formación para que continuaran la pelea, y resolvieran sus problemitas
delante de nosotros de una manera más ejemplarizante y menos
escondida. El par de pendencieros le dieron gusto pero antes mi capitán dejó
claro que el asunto se resolvía como una competencia y entonces el
mono Morales por ser dragoneante representaba a los cuadros, y el
raso Solano a los números: Todos pensábamos que al Solano le iban a
astillar hasta el alma porque Morales es blanco, alto, y
macizo como el Coconucos, mientras el otro es un currutaco,
pero al Coconucos tuvieron que quitarle al enano de encima a los dos
minutos, antes que le rompiera la cabeza a puñetazos contra el pavimento.
Un templado mi soldado Solano: ganas no nos faltaron de levantarlo ese
día en hombros como a todo un campeón pero eso hubiera sido echarle
más leña al fuego para quemarnos el jopo. El Gato de todos modos no dejó de
cobrarse tamaño descalabro de su autoridad: cuando se realizaron las olimpiadas
militares eligió a nuestro ganador como boxeador amateur en
representación del Escuadrón de Caballería para las justas deportivas. La
fecha que se efectuó el sorteo para armar las listas de los pre-seleccionados
de boxeo, el felino metió su cochina garra e hizo que a Solanito
como candidato a la categoría Ligero en representación de la
Caballería, se le pesara mal, para que le tocara enfrentarse con
uno de la Artillería de la categoría superligero quien, de añadidura,
había sido campeón intermunicipal de esa disciplina en su ciudad, y el
día de la contienda de eliminación ése si lo volvió ropa de trabajo al pobre.
Pasó una semana convaleciente en el dispensario, recuperándose después de
semejante paliza Solanito, y claro, no volvió al torneo.
Una vez reincorporado a la unidad ,el resto comandantes le aplicaron un “tratamiento especial” con mano de hierro
y guante de seda. No lo dejaban estar tranquilo en ningún lado ni a
ninguna hora, porque siempre se les ocurría colocarle los
ejercicios físicos más duros hasta verlo agotado, molido (en el comedor, en la
formación, en la guardia, en las duchas, en cualquier parte, y hasta
durante los días de las visitas familiares lo acosaban): “Usted pudo con un
dragoneante, puede con lo que sea mi soldado”, fue el estribillo de los jefes
con él por largo rato. Sólo el tiempo calmó las cosas y le permitió volver a
respirar tranquilo a Solanito.
— ¿Cómo así qué nadie sabe? — Se exaltó
El Gato Motoa — ¿es que los centinelas del alojamiento estuvieron durmiendo
durante la guardia nocturna o qué pasó mi teniente? : Porque tuvo que ser en la
noche cuando hicieron lo que hicieron. ¿Se fundieron el par de bombillos de la
vigilancia? ¿Se relajó la guardia mi Teniente?
—No sé mi Capitán— contestó con su
vozarrón Sepúlveda, entre resignado y molesto.
— Yo si sé. Páseme al frente, a
los soldados que estaban de imaginarias mi Teniente, que esto no se puede
quedar así — mando mi Capitán-—. Este es el Ejército de
Colombia, ¡Carajo!, no la soldadesca de misia hijueputa. Vamos
entendiéndonos.
Los imaginarias no soltaron una palabra,
dijeron que no habían visto nada sospechoso y con el argumento que
los dormitorios son muy amplios y rondarlos sólo dos guardias lleva su
tiempo, se justificaron, y evadieron cualquier responsabilidad, pero la astucia
gatuna no se hizo esperar: ofreció cinco días francos como recompensa a
quien le diera información sobre el hecho, garantizándole su absoluta
reserva al delator. Necesitaba el nombre de quien había cometido la “gracia” de
llenar con sus micciones las botas del Cholo, lo cual resultaba desde su
óptica personal “un desafío inadmisible al orden y a la
disciplina militar”. Luego le ordenó a mi teniente Torres que exonerara a
Quintero de formar con la Unidad por un par de días hasta que
el calzado fuera utilizable otra vez o el afectado lo consiguiera nuevo:
no le gustaba la idea de que se presentara a formación con los botines
deportivos porque eso le quitaba uniformidad a la presentación en bloque del
personal. Imaginarme la cara que debió haber puesto el Cholo cuando
sintió el charquito dentro de su bota mojándole el pie, me hacía correr un
fresco por todo el cuerpo. Seguro que no se le pasó por la cabeza, que fueran
orines, y menos orines de bimbo.
— ¡Puta madre! —fue lo que dijo
— ¡Estos hijueputas cochinos! — berreó indignado cuando llevó su mano
mojada a la altura de la nariz y olió los dedos húmedos. Acababa de darse
su baño matutino y estaba impecablemente vestido para pasar a la formación
La sorpresita le arruinó la salida.
La estrategia del Gato para propiciar la
delación no rindió ningún fruto y el asunto se quedó quieto y sepultado.
Así es acá: hay asuntos a los que no hay que dejarles pasar mucho tiempo,
porque cuando se envejecen los que no se agravan, se olvidan, y después
del olvido ya no queda nada por hacer (y aunque a veces eso juega en contra
esta vez jugó a favor). Por eso teníamos que curarnos en salud: La
prevención ahora, era la mejor manera de evitar la enfermedad después.
Una vacuna al estilo militar era lo indicado. Conté mi plan a los
de mi confianza y pedí voluntarios con los huevos suficientes para hacerlo. Se
apuntaron en la lista: El Jabalí, la Nutria, la Iguaza, el Chigüiro, y el
Murciélago. Al Bimbo lo incluí por mi cuenta como mi aporte
personal en la suma de elementos operativos: era la añagaza perfecta y se
me antojaba contar con él, y no sólo con sus desechos urinarios. El
avechucho no se me podía negar y no lo hizo. La operación “Amaranto” estaba
lista y al día siguiente, en la tarde era la oportunidad precisa para
ejecutarla: se iban a realizar simulacros de control de asonadas. Hermosa
ocasión para que los lobos salieran a cazar cholitos.
Frente a la armería a las dos de
la tarde (con esa picazón del sol de la sabana acosándonos por la
nuca), ya a cada uno se nos habían entregado las máscaras
anti-gases, las granadas de humo y los demás accesorios de combate. A esa
hora recién el Perro Bocha había recibido el reporte de los dragoneantes con
las novedades de cada pelotón, como parte de las labores previas a la
realización de las maniobras de control del orden público que el Gato había
programado para hoy. Ya se había decidido que alternadamente los pelotones se
iban a turnar en el rol de los revoltosos, y en el de las escuadras
anti-motines. Ya mi capitán había ordenado que cada comandante de
pelotón supervisara el mismo a sus hombres durante el
ensayo.
Después que los equipos estuvieron listos nos
llevaron al descampado. La primera orden que dio mi sargento Bocha al tenernos
bajo su mando fue la de sentarse y poner atención, y casi era seguro que
por cuenta de él íbamos a sudar la gota gorda, porque el cerebro del Perro
funciona como un reloj suizo y en terreno abierto durante cualquier maniobra de
campo, él siempre cae en la tentación de ordenar carreras (con el pretexto de
calentarnos el cuerpo y sacudirnos la pereza), repitiéndoles
religiosamente la dosis a quienes llegan de últimos, para despercudirlos:
—Con el primer pelotón: tres vueltas por
la derecha a las caballerizas— mandó el Perro, un segundo después de haber
ordenado que nos sentáramos, dándose el gusto de desacomodarnos y de
fregarnos el arranque. Pero yo que las presentí, que casi la oí las
palabras flotando en el ambiente con el tonito mandón, apenas
escuche salir de la boca la orden de Bocha, ya estaba
listo unos pasos adelante, obedeciéndola. La carrera inicial
la terminé de primero, a la segunda llegué cuarto, y en la tercera
me evadí junto con los demás.
— ¡Quintero, dragoneante de mierda!
¡Lameculos! ¿Querés conocer la picha que usó tus botas como
orinales? ¿Querés? Vení por ella pues, si sos tan varón — dijo el
desconocido, en tono desafiante y colocándose las manos en la braga como
si apañara algo grande.
— ¿Qué, chanda? ¿Qué?— preguntó ofendido
el Cholo desde la litera donde estaba acostado descansando
.
—Eso sos vos: una chanda.
Ni Quintero ni los centinelas,
vieron la cara de quien pateó la puerta lateral de la barraca y le gritó
al indio eso desde el umbral, enmascarado y fingiendo la voz. El
Cholo se levantó de un brinco dispuesto a matar y a comer del muerto: descalzo
como estaba salió a correr detrás del provocador con su rabia
de perro ardido, mientras el Bimbo soltaba sus zancadas de avestruz a la
velocidad del Correcaminos huyendo del Coyote. El señuelo sabía hasta donde
tenía que llevar a la presa: le teníamos marcado el sitio con una bandera roja
y apenas llegó al mojón el pajarito se escondió tras de los árboles y nosotros
le salimos al paso al indio, rodeándolo en un parpadeo, con nuestros
respectivos pasamontañas puestos como correspondía a un comando de
asalto, todo para que nuestras identidades siguieran en el
conveniente anonimato. Cuando quiso reaccionar recibió una lluvia de
patadas que lo dejaron aturdido y tirado sobre la tierra, ocupándose un rato de
sus dolores:
— ¿Sabés porque las máscaras?— me
acerqué y le pregunté.
— Para que no les
vea el puto miedo, cabrones — me contestó entre ofendido e incitador,
mirándome desde el suelo, sin intentar levantarse.
—No, cabrón, son para que nos las quités — le contesté —.Como en la lucha libre, ves: El que gana desenmascara al huevón que pierde. Igual que el “Ángel Exterminador” contra el “Vikingo Asesino” en la televisión. Levántate, veamos que tanto es que baladroneas, huevón. Aquí solitos: sin grados, sin comandancia, sin nada de nada que nos distinga. Como un par de varones nada más, móstranos de que estás hecho, dejá salir tu animal para que tenga un encuentrito cariñoso con el de cada uno de nosotros aquí, ahora. Ya.
Cuando se puso de pie empezamos la
ronda. Habíamos hecho entre nosotros un sorteo previo para establecer el orden
de salida de los contendores. El arbitraje lo haría yo,
inicialmente: El primero en salirle al ruedo fue la Nutria quien le dio lo suyo
en un santiamén, luego el Murciélago tanteó la liza saltoncito y elusivo como
si se creyera Mohamed Alí, y aunque se demoró un poco más terminó cerrándole
los ojos al otro a puñetazos hasta dejarle de regalo la “mirada china,” claro
que él se llevó sus golpecitos también porque el Cholo no es cuto ni flojo.
El Chigüiro igual la estaba viendo
grave después, pero lo superó y puso a manar harta sangre al indio
por la boca. El Jabalí lo sorprendió (nos sorprendió a todos):
prefirió embestir usando su cabeza como un ariete contra el cuerpo
del Cholo, tratando de tumbarlo, y cuando lo tuvo abatido lo
castigó a puntapiés. No sólo Quintero: nadie esperaba semejante ataque
tan burdo, quizá por eso fue tan contundente. Ni la Iguaza se quedó sin
despicarse. El miedoso del Bimbo fue el único que no se atrevió ni a meter el
pico, ave de corral al fin: con la iguaza la trifulca corrió pareja, un
baile de toma y dame. Lo di como empate. De último salí yo a cerrar la
leccioncita con honores, y sin arbitraje. Antes de empezar me quité la
capucha para que el indio me viera la cara:
— ¡Ja! , José Luis Lobo: Vaya, Lobo,
lobito, ¡auuuuuu! Mi soldado, voy a tener que joderte, marica —amenazó
rabioso — para que aprendás a respetar a tus superiores.
— No te tengo miedo Cholito — le
contesté—. Si te vas de lengüilargo a contarle al Gato, esperá cosas
peores afuera: como decimos en Cali estoy preparado para lo que se me venga
encima. Allá en la calle no hay comandantes, ni reglas, ni órdenes
militares. Yo no nací con uniforme Cholito, hacé aquí lo que tengas que
hacer conmigo. Saldemos cuentitas de una vez.
La de nosotros fue una pelea de canes:
cargada de rabia, de dientes, y de un desprecio mutuo que primero colmó el aire
con una tensión larga, expectante, para estallar después en una bronca
furiosa; sin miramientos, ni pudores, ni compasión alguna. El
choque nos dejó a los dos exhaustos, jadeando como bestias, adoloridos hasta el
pelo, tomando aire y fuerzas sobre el piso de tierra, cuan largos y anchos como
somos. Yo me levanté primero porque andando evadidos nos apremiaba volver
antes que notaran nuestra ausencia. No era cosa de tentar la suerte
tampoco. Dejamos al Cholo a nuestras espaldas con la densa nube de
una granada de humo que no le dejó ver más allá de su nariz, cubriendo
bien nuestra retirada, no fuera que si se le ocurría mover la lengua y cantar
como sapo, supiera algunos detalles de la estrategia que
luego nos pudieran perjudicar:
—Afila dientes perro, cuando te metás
con lobos — fue lo último que le dije mientras nos íbamos, extraviándonos
como fantasmas entre el aire enturbiado por el gas.
—Todos somos perros aquí: lobos,
caballos, vacas, jabalíes, iguazas, gatos y cholos, todos somos perros sin
excepción. Los cuida-culos del presidente en su casita. La jauría
vigilante sin salario. — gritó.
— Bueno Cholito entonces tú eres un
“canis- familiaris” y yo un “canis- lupus” — le contesté con un tono irónico,
desde atrás de la pared etérea y blanquecina que nos escudaba. Al fin de
cuentas no decía mentiras el Cholo porque ese es nuestro mote acá: Perros. Los
perros, el Batallón Guardia Presidencial, los cuidadores del Palacio de
Gobierno, de la Casa de Nariño y sus inquilinos.
Teníamos el tiempo exacto para volver a
la fila y a las maniobras antes que se ordenara formación de revista. Casi era
seguro que íbamos a encontrar al más chucho de los chuchos
solazándose aún con la Compañía. Como ya dije la cabeza de Bocha es un
mecanismo perfecto:
“—Con la unidad vuelta a la
lavandería, ¡carrera mar!”— alcanzamos a oír cuando llegamos. Nos apostamos
tras de los muros bermejos y enladrillados del edificio del comedor a esperar
ver pasar la estampida de corredores para mezclarnos en su tropel, con
nuestros pulmones frescos y aireados, dispuestos a cumplirle a mi
sargento todas las ordenes que diera el resto de la jornada. Sobraban motivos y
ganas: la venganza tiene una eficiente manera de inyectar ánimos, muchos ánimos.
Siempre.
(Jorge Lineya, Santiago de
Cali 2004).
Suscribirse a:
Entradas (Atom)